RELACIONES ENTRE TECNOLOGÌA ECONÒMICO-POLÌTICA

Los estados comprometidos con el progreso económico otorgan a la tecnología condición de recurso estratégico. Las naciones prósperas exigen cifras y datos específicos de los organismos e instituciones que controlan los indicadores del desarrollo tecnológico: producción de patentes, resultados de la ciencia aplicada, formación de recursos humanos especializados, empresas que invierten en la innovación y conocimiento exacto de la balanza de pagos por servicios tecnológicos. Esos son los parámetros que conforman la agenda de una nación moderna y previsiva para asumir el reto que vivimos. El Jefe de Estado, el equipo ministerial y el colectivo científico de una nación no pueden ignorar la trascendencia de la tecnología; todos estamos obligados a conocer un nuevo lenguaje consustancial con la política de hoy.

Algunos administradores piensan que fomentar la actividad científica trae consigo el desarrollo de la tecnología, lo hacen de buena fe y están convencidos de poseer una verdad incuestionable. En realidad ciencia y tecnología mantienen fuertes lazos de unión y existe una sinergia entre ambas. Sin desconocer la vigorosa participación de la ciencia como factor impulsor de la tecnología del siglo XX, conviene fijar los límites y separaciones entre estos dos aliados.

Presentar a la ciencia como precursora de toda tecnología no se ajusta rigurosamente a la verdad. La ciencia no toma en cuenta la existencia del ethos tecnológico, vale decir la fuerza y la participación creadora de quienes conciben el producto tecnológico, los espacios y laboratorios propios de la tecnología, el capital de riesgo presente en cada proyecto y el azar implícito en las relumbrantes y poderosas capacidades de la tecnología. El hombre de hoy vive consciente de las poderosas potencialidades de la tecnología; estamos en un "período de extraordinaria aceleración del cambio tecnológico" (Sánchez Asiaín, 1994). Ocurren situaciones donde el avance científico es acompañado por el ímpetu tecnológico. España logró cuadruplicar su producción científica entre 1980 y 1995, y consiguió ingresar con propiedad a la Comunidad Europea. Sin embargo, sus dirigentes intelectuales saben cuan lejos está España de alcanzar resultados similares para su tecnología. En el lado opuesto, algunas naciones asiáticas reciben un ingreso en divisas por una tecnología que no es paralela a su producción científica. Debemos estar prevenidos para identificar las condiciones donde la ciencia sirve de motor a la tecnología.

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